CASA MARÍA DEL CAMINANTE
CASA MARÍA DEL CAMINANTE
La Casa del Migrante Reynosa, dirigida por cuatro Hijas de la Caridad en un pueblo que limita con McAllen, Texas, alberga a los deportados de los EE. UU. Mientras deciden qué hacer a continuación.
«Cuando son deportados, traen consigo un dolor muy intenso porque invirtieron en el viaje», dijo la Hermana Edith Garrido, una Hija de la Caridad de San Vicente de Paul originaria de Hidalgo, México. «Muchos vendieron sus casas, sus animales o sus tierras para pagar por este viaje. Así que regresan con menos aún de lo que llevaron… Ellos vienen a nosotros deshechos».
«Para nosotros, el trabajo es reintroducir la esperanza en sus vidas, decirles: ‘Es cierto, no tienes dinero, pero eres joven, estás sano y tienes la voluntad y la iniciativa para llegar al menos hasta aquí, para llevar tu vida a un lugar nuevo y enfrentar nuevas realidades… A esa edad, tienes toda tu vida por delante’». La casa acoge a 1.100 deportados, mensuales.
La Escuela Inmaculada ofrece talleres educacionales para abordar la alarmante escasez de instrucción académica organizada en Cuba. Trabajando en colaboración con otras Instituciones Eclesiásticas, este es el único programa en el área que suministra este tipo de servicio.
Los talleres cubren una variedad de temas, como manualidades y artesanía, matemática, y habilidades computacionales, y están divididos en diferentes grupos de edades – niños, adolescentes, y adultos. Si sirve a varios cientos de niños, adolescente y adultos.
Las Hijas de la Caridad de Chiapas están trabajando para restablecer la salud de los pueblos indígenas que sufren de tuberculosis (TB), a través de un tratamiento accesible y de una atención de calidad. Aproximadamente de 70 a 80 pacientes de TB con bajos ingresos, reciben pruebas gratuitas y tratamiento especializado y atención en el Hospital San Carlos.
Un equipo, incluidos los médicos, un coordinador y el personal auxiliar, trabajan juntos para ayudar a los pacientes que con frecuencia han pasado mucho hasta hacer el viaje al hospital, debido a su situación financiera y de salud. Sin tratamiento adecuado y regular, la enfermedad se vuelve más agresivo y resistente, haciéndose a su vez cada vez más difícil de curar.
En Puerto Plata las Hijas de la Caridad se ocupan con mucho cariño de las personas mayores que son pobres. Albergan, alimentan y dan cuidados sanitarios a los residentes gratuitamente. Además las Hermanas y el personal están totalmente entregados a la persona en toda su integridad: a nivel emocional, físico y espiritual.
Aunque los gastos de funcionamiento están cubiertos por el gobierno y por fuentes privadas, el centro necesita fondos para mejoras ya que ha sufrido la devastación de numerosos terremotos a lo largo de los años. De hecho el tejado tenía tantas goteras que estaba ocasionando un problema de salud a los 48 residentes mayores.
El Señor nos llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes
Desde la comunidad Vicentina de Cali nos llega esta invitación:
Ser Estrellas en la Noche, a la manera del Papa Francisco.
«El Señor nos llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes, nos invita a mirar los verdaderos astros, esos signos tan variados que Él nos da para que no nos quedemos quietos, sino que imitemos al sembrador que miraba las estrellas para poder arar el campo. Dios nos enciende estrellas para que sigamos caminando: «Las estrellas brillan alegres en sus puestos de guardia, Él las llama y le responden» (Ba 3,34-35). Pero Cristo mismo es para nosotros la gran luz de esperanza y de guía en nuestra noche, porque Él es «la estrella radiante de la mañana» (Ap 22,16)»